Más sobre Reactor 4
En 2010 inicié una colección de imágenes de prensa, concretamente de catástrofes naturales o desastres ecológicos provocados por el ser humano.
El hecho de coleccionarlas subrayaba el aspecto estereotipado y repetitivo del tema en los medios informativos: el enfrentamiento, la lucha titánica entre el progreso humano y las fuerzas de la naturaleza.
Me interesa trabajar con la percepción que nos muestran los medios de comunicación sobre ese futuro paisaje fantasmagórico y apocalíptico.
Una vez que disponemos de esa visión catastrofista sobre un planeta en vías de extinción, crece la sensación de que estos desastres naturales pueden haber enterrado toda posibilidad de eternidad. Evidenciando la enfermedad del mundo.
Los medios informativos nos transmiten el miedo a la incertidumbre, a la libertad de la natura, al no poder pronosticar… Yo trabajo con imágenes que muestran una fuerza tiránica evidenciando la vulnerabilidad de la civilización.
Intento indagar en la idea romántica de lo sublime, en cómo la terribilidad del drama puede convivir con el placer estético. Me interesaba el poder del lenguaje visual como mecanismo de atracción.
Las imágenes hacen surgir en el espectador el sentimiento de lo que no puede ser dominado, la imposibilidad de controlar la natura. Este sentimiento impuesto de inseguridad me impulsó a trasladar las imágenes a un ejercicio de pintura para construir una especie de registro del género de naturalezas muertas.
Utilizo el tiempo de la pintura para distanciarme del dolor que acumulo en mi colección. Mi objetivo es recuperar y apropiar para salvar esas imágenes de un futuro inestable.
Asimilar y reflexionar ante una visión de la natura melancólica, del tiempo pasado, de la naturaleza perdida. No dejar que la existencia de esas imágenes se desvanezca en el tiempo, la duración de revisar una noticia de prensa, por ejemplo y trasladarlas a la pintura donde lo extraño es que quedan nuevamente en el limbo.
Anna Arcas