Más sobre Los ojos
La serie está compuesta por una docena de grabados monocromáticos en que han sido ampliados algunos detalles de otras tantas reproducciones fotográficas del Archivo J.R. Plaza. Lo que aquí retoma el artista son retratos furtivos de niños y mujeres que se hacen presentes sólo para reafirmar el acto reflejo o voluntario que apartó sus ojos de la observación ajena.
Los modelos bien pudieron haber sido personajes secundarios en una fotografía de grupo, cándidos actores de un snapshot, figuras de bordes imprecisos; en cualquier caso presencias imperfectas y descartables de acuerdo con los dictados de un género que exige —aun para los fotógrafos aficionados— rostros legibles en sus facciones y expresiones. El retratado debe, ante todo, mirar a la cámara; y cuando eso falla, la toma se repite.
Al ampliar esos rostros a partir del fragmento que ocupaban en la impresión de origen, al desplazarlos al primer plano y hacerlos dueños absolutos del encuadre, Iñaki Bonillas se adentra en la dimensión entre insomne y adormilada en la que por lo regular se encuentran las fotografías (dentro de los álbumes, por ejemplo) que están a la espera de la luz y la contemplación que les otorgue nueva vida; por eso elige trabajar específicamente con esta serie de fotografías que, desde su condición espectral, explicitada o reforzada por su impresión en negativo, parecen negarse a ese despertar; como si desdeñaran el espectáculo del mundo y prefirieran concentrar su atención en sí mismas.