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Más sobre Las ideas del espejo 3 y 4

Para esta serie, Iñaki Bonillas decidió trabajar únicamente con imágenes (tomadas, las que aquí vemos, del Archivo J.R. Plaza, pero también de otras procedencias) que por casualidad contuvieran espejos. Lo que interesó al artista es que esos espejos no formaban parte de la acción, pertenecían a un paisaje de fondo, a un contexto difuso del que el fotógrafo se desentendía y, no obstante, arrojaban una “imagen dentro de la imagen” que parecía ir en contra, o al menos en otro rumbo, de lo fotografiado.

A la mitad de una escena, digamos, familiar, se abre de pronto un hueco que se empeña en robar cámara, en llevar la mirada hacia otro lugar, invisible: el jardín, por ejemplo; el cuadro que adorna la famosa “cuarta pared” (la que en el teatro ocupan los espectadores); la sombra del fotógrafo; la mirada delatora de los amantes, etc. Ese curioso hueco, a través del cual habla el espejo, es el que inspira la serie “Las ideas del espejo”.

Lo que hizo el artista fue eliminar toda la información de la fotografía y dejar únicamente la idea del espejo: ese espacio en el que otra imagen fotográfica —plenamente conformada— nace aleatoriamente en el interior de la toma original. Se trata, pues, de crear un archivo a partir de esas pequeñas fotografías que realmente nadie buscó tomar, pero que ahí están.