Más sobre Peter Doig en Lima
Al observar las dos pinturas de Ana Arcas (España, 1983), la reducción de la naturaleza se hace tangible. En su obra Peter Doig en Lima, Arcas capta la inmensidad del mar, con un horizonte desdibujado por la neblina y una mínima pincelada que sitúa un barco en medio del Pacifico. En Que el color del mar no sepa lo que hace el del cielo, la bruma de la costa peruana mimetiza en un mismo tono los elementos del paisaje.