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La obra, cuyo título es una cita a Pedro Páramo de Juan Rulfo, cuestiona las representaciones  que  rodean  al  objeto arqueológico. Al mismo tiempo, genera una revisión de la historia de la antropología mexicana a partir de la apropiación de estrategias museológicas contemporáneas, tales como la audioguía. Este conjunto de siete litografías ilustran el proceso de traslado del monolito de Coatlinchan, atribuido a Tláloc durante decenios, hacia su ubicación actual en el Museo Nacional de Antropología en 1964. Durante la exhibición de estas litografías en tiendas de antigüedades en Ámsterdam, se elaborarón una serie de registros sonoros que narran historias acerca de la comercialización de objetos arqueológicos mesoamericanos. La audioguía, que acompaña la pieza, relata las disputas sobre la identidad del monolito de Coatlinchan, su hallazgo arqueológico, las negociaciones con los habitantes del pueblo así como las condiciones de su complejo traslado.